Cuando parece que estoy en plena primavera comienza a acechar el invierno. Amo el invierno, ir temprano al colegio con bufandas enormes, quedarse dormida sobre ellas, salir abrigada, esperar en el auto a mi papa media hora, estar durisima y no poder elongar bien, chocolatada caliente, los pijamas partys heladisimos, tantas cosas.



Y obviamente, andar en bata como loca por casa.

Pánico.

Siempre me dio miedo cruzar las avenidas, desde que me permitieron hacerlo sola es peor, es perturbante el sonido de los autos cuando pasan, ese acelere que se nota. A la noche es peor, parece todo mas rápido y oscuro, por desventaja mia vivo a una cuadra de una avenida, y siempre tengo que ir a buscar algo, y siempre todo quede del otro lado, y siempre tengo que ir sola, y siempre es asi. Pero al volver a casa todo se hace tan tranquilo. El único momento en el que me gusta cruzar las avenidas es a la siesta, cuando todo está en silencio y parece que los autos se cansaron de aparecer, es todo tan lindo a la siesta. Pero hay un problema, a la siesta no hay ningun motivo por el cual cruzar la avenida.


Odio la avenida independencia.